Con el fin de obtener conclusiones que apunten a la posible causa de daño renal en la comunidad de Agua Caliente, en el Municipio de Poncitlán, investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG), replicarán los estudios de muestreo de sangre, orina y pruebas neuropsicológicas en un grupo de preescolares en Guadalajara.
Encontrar relación del daño renal con la función cognitiva es la premisa que estudia un grupo de investigadores del Departamento de Neurociencias, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), que forma parte del equipo transdisciplinario de investigación que lidera el doctor Felipe Lozano Kasten, en la población de Agua Caliente.
Este grupo lo integran los doctores Teresita Villaseñor Cabrera, coordinadora de la Maestría en Neuropsicología; Genoveva Rizo, profesora investigadora del Departamento de Salud Pública; Joaquín García Estrada, jefe del Laboratorio de Microscopía de Alta Resolución, del Departamento de Neurociencias y dos alumnas de la Maestría en Neuropsicología, Karla Castellanos y Lizeth Rodríguez.
“Llevamos 47 infantes evaluados por medio del instrumento llamado BANPE –una batería neuropsicológica que evalúa funciones ejecutivas y cognitivas en edad preescolar–. Los resultados arrojan que más de 66 por ciento de la población se encuentra en situación de daño leve a severo en lo que se refiere a orientación, atención, comprensión, memoria, articulación, expresión y coordinaciones”, dijo la doctora Genoveva Rizo.
Para relacionar los resultados obtenidos, se organizará un grupo control de 70 niños en edad preescolar en Guadalajara.
“La idea es terminar los 25 niños que nos faltan en Agua Caliente y comenzar con la Zona Metropolitana de Guadalajara, y tener el estudio completo a finales de mayo”, agregó.
Con los estudios concluidos se podrá determinar si el daño renal incide de manera negativa en las funciones cognitivas de los niños, además de las repercusiones en su neurodesarrollo por la presencia de metales pesados y pesticidas.
Los resultados arrojaron que las funciones cognitivas que presentaron alteración severa en los preescolares fueron: comprensión, con 85 por ciento de los infantes; abstracción o retención de información, con 87 por ciento y 70 por ciento presentaron alteraciones en la expresión.
Uno de los medios por el cual el niño está en contacto con agentes tóxicos es la quema de leña, pues el humo viaja alrededor de un kilómetro de distancia y llega a todos los habitantes, y por la fumigación de chayote, al que se le aplica plaguicidas, describió la doctora Rizo.
“Algunos metales pesados tienen efectos directos en el sistema nervioso, mientras que otros actúan a través de sus metabolitos, y los signos que presentan los niños son compatibles con algunos casos de toxicidad franca de metales pesados y datos reportados de intoxicación con pesticidas”, explicó el doctor García Estrada.
La doctora Villaseñor Cabrera, quien también es encargada del Área de Neuropsicología del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”, dijo que el proyecto, por ser a largo plazo, analizará el desarrollo y maduración de los niños, además de su repercusión en el aprendizaje escolar.
“Existen problemas en la coordinación motora, como sostenerse un pie y en otro. No todos los presentan, pero sí hay; también algunos no son capaces de cortar con tijeras”, comentó Villaseñor Cabrera.
“Lo interesante ha sido comprobar cómo se modifican estas funciones en una población que se ubica a a hora y media de distancia de Guadalajara. Tenemos niños que presentan problemas para la conceptualización de preposiciones”, añadió.
Como parte de un programa de atención en el neurodesarrollo infantil, los expertos incluirán a los padres de familia para la óptima estimulación de los niños a través de una escuela para padres, e informar sobre la situación por medio de trípticos en la comunidad.
A T E N T A M E N T E
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jal., 21 de enero de 2017
Texto: Dania Palacios
Fotografía: Adriana González / León Quintero